¡Despierta!

Ahora acaricio tu frente con este trapo cuando ayer acariciabas mi pecho sin ningún instrumento.

Ahora parece que sonríes, parece que me miras y respiras hondo cuando ayer no parabas de reirte, no parabas de mirarme y me encantaba oir tu respiración junto a mi nuca.

Ahora, tumbado, estás precioso, ahora, tumbado, sigues siendo mi niño lindo. Ayer, también tumbado, pero sobre mi, me lo llamabas tu.

Ahora limpio tu pecho con mis manos cuando ayer lo ensuciaba con el sudor del mío.

Ahora busco tus manos cuando ayer tenía que luchar por que las apartases.

Ayer me perfumaba para ti, incluso hoy lo hice, pero ahora también te perfumo para mi.

Ayer me gritabas que me querías. Ahora, en tu boca, hay un silencio perpetuo y oigo el eco de la palangana y la esponja en esta sala infinita.

Ayer te quitaba la ropa y, mirame ahora, poniéndotela.

Ayer me encantaba cuando abrías los ojos y volvías a ser para mi en cuerpo y alma, pero ahora te los estoy cerrando.

Descansa en paz, dulce príncipe.

0 comments: