Años ha.

Había un castillo y en el castillo un ángel y en el ángel no había un corazón.
También había un niñito, de cara guapito, tirando a bonito, se llama Juanito y llama la atención.
Juanito el albino, de costumbres era fino y de aspecto fortachón.

Juanito tenía sombrero de pico, pico de pato y patas de gato.
Juanito tenía pico de oro, pinta de moro y lengua de loro.

Juanito es peculiar de nacimiento. Nació a los cuatro años y cuando sus padres le contaban, entre sorprendidos, enfadados y divertidos que creían ser estériles tras cuatro años de intentos, él contestaba, tímido y sonriente, que no sabía porque lo había hecho, pero que se habría quedado un poco más si le hubiera durado el papel higiénico.
Ahora, a los 30 años no le da importancia: "cosas de niños", dice.

Juanito creía que si se asomaba por la ventana de la cocina vería Manhattan. Cuando creció y descubrió la sosa realidad de su patio interior le quedó el consuelo del patio, que peinaba edificios con grandes ventanales que se interponían entre él y luces florescentes... pero no era lo mismo.

Un buen día que dice la expresión y un mal día hablando con precisión, Juanito tapose, del pelo tirose y un poco creció.
Se rió de Jose, después apretujose y así adelgazó.
Se pegó un susto, blanco quedose y así se marchó.

Vestido de mago, con sombrero de copa, y albino de faz,
salió
Pintado de blanco, negra la ropa, a pasear en paz.

De copa el sombrero, de blanco y de negro,
bufanda y guantes albos y unos zapatos calvos.

No en este, sino en el Otro, citose con un Lord, encontró una mujer gato y empezó la seducción. Un poco de aburrimiento y al empezar la violación, se mostró una aparición... (insertese pausa dramática y sonido ascendente aquí). ¿Qué sería de las uñas del gato? ¿A quién le importaban sus largos bigotes?

Era el ángel sin corazón.

Preso

Tic, tac, tic, tac...me estoy volviendo loco.
En mi aislamiento, en mi soledad que pinta eterna, "Tic Tac" ya no significa nada.
Para mi el tiempo detúvose aquel día de Otoño, cuando las nubes negras contagiaron su color al amarillo de Octubre. La obscuridad que me envolvió se instaló conmigo y tornose en gris perpetuo al despertar entrerrejado.

No sé cuanto tiempo llevo en este nosédonde, no sé cuanto me resta de estar restado ni me importa por que lo estoy. Quiero salir, pero ni siquiera me atrevo a volver a levantar la vista de la suciedad del suelo y enfrentarla con las paredes que rodean mi encierro. Quiero pensar que este gris es una luz extraña proveniente de un cielo nublado y que no es causa de este cruel encierro que me mantiene incluso lejos de una ventana que me permitiera, al menos, ver la luz del Sol.

Tampoco sé por qué iba a gastar mis fuerzas en repasar los muros desnudos que se levantan más allá de los barrotes o en no apartar mi vista de los escasos alimentos y bebida que me quedan.

Sólo Dios sabe si volverán a traerme comida, si volveré a ver un ser vivo por este yermo o si abandonaré esta existencia, que de tan baldía se ha tornado en el más doloroso de los castigos, sin más compañía que mi propia respiración. Sólo Dios sabe si moriré de hambre y de ansia de libertad o si, por el contrario, volveré a cantar bajo la lluvia agradeciendo eternamente mi libertad a quien se hubiera apiadado de un vulgar canario.

Cuento sobre Piaget para marionetas

Personajes:

Narrador
Bruja
Princesa
Niño de 18m
Niño de 24m
Niño de 4
Niño de 7
Juanobi


Narrador:Había una aldea y en la aldea un castillo y en el castillo una bruja y en la bruja no había un corazón.
También había un mago, llamado Juanobi, al que unos llamaban Juan y otros sólo obi.

Bruja: Ja ja ja, el mago Juanobi se ha ido a Achenar, a una conferencia de brujos y los guardianes de la princesa están entretenidos viendo los dibujos.
Yo de dibujos no sé, pero de maldades muchas /*Se lleva una mano a la boca*/.
Voy a secuestrar a la princesa y pedir un cuantioso rescate, voy a llenar mis huchas disfrutando del embate*. Pero que mala, pero que mala soy, muahahahaha.

/*Se va volando. Aparece arriba a la derecha. Abajo a la izquierda aparece la princesa, se da la vuelta y la mira mientras se acerca*/

Princesa: Por ahí viene alguien, ¡Que bajo vuela! Y no es mi abuela. ¿Quién será? ¿Será la quesera? Ay, que se acerca, vamos a impactar, nos la vamos a dar, corro que me las pelo, como si allá lejos me ofrecieran un caramelo.

/*La bruja la agarra del pelo y se la lleva volando. La princesa grita, la bruja se ríe Baja el telón*/

Narrador: Nos trasladamos a una celda, donde dos niños descansan. El que está de pie, tiene 18 meses, el que está dormido 24.

Princesita: (En Off) : Socorro socorro, me ha secuestrado una bruja y me quiere abrir la panza. Ayudame Obi, Juan, Juanobi, eres mi única esperanza.

Niño de 18m: ¡Oh, no! Oigo a la princesa, suena cercana y se queja.
Seguro que la bruja Piruja la ha secuestrado . Seguro que ha sido la bruja mala la que la ha encerrado. Esta vez no es por salvarme a mi, es por salvar a la princesa. He de salir de aquí y poner a esa bruja tiesa. Como estoy en la quinta etapa del periodo sensoriomotriz, intento abrir la puerta hasta con la nariz, no sólo hago hago un intento, pruebo una vez y pruebo hasta ciento, exploro hasta que me canso, estoy experimentando aunque alguien piense que hago el ganso.
Despierto a este niño, de meses 24 /*Le despierta*/, le despierto y le ruego: “Hagamos un trato”
Mira que aquí estamos bien, tenemos muebles del todo a cien, pero no es por nosotros por los que hemos de huir, es por evitar que la princesa se llegue a consumir. Tu estás, hombre infeliz, en el periodo sensoriomotriz, estás en la sexta etapa, deja de hacer un sayo de tu capa, ahora ya puedes hacer imitaciones diferidas, unas tontas y otras divertidas. Yo no consigo abrir la puerta, no recuerdo como la abrío una tuerta. La he intentado imitar, pero ¿a quien pretendo engañar? Hasta la siguiente etapa no seré capaz, si no lo haría con gusto solaz.

Niño de 24m: ¿Qué han secuestrado a la princesa? ¿Aquella princesa hermosa de labios de fresa y piel de rosa? Eso no se puede tolerar. ¡Presto! Hemosnos de escapar.

Narrador: El niño de 24 meses ya puede hacer imitaciones diferidas, así que repite los movimientos que hiciera en su momento la mujer que abrió la puerta. Abren la puerta y escapan.

/*El niño de 24 meses pega una patada a la puerta. Aparecen ante un foso y un tercer personaje*/

Niño de 4a: ¿Quiénes sois? ¿Qué quereis? ¿Qué haceis aquí, que haceis?

Niño de 24m: Somos prisioneros, estamos atrapados, si no escapamos estaremos condenados.

Niño de 4a: ¿Con lo bien que aquí estamos? ¿Qué os hace decir: “Pues ahora nos vamos”?

Niño de 18m: La princesa está triste.

Niño de 4ª: ¿Qué tiene la princesa?

Niño de 18m: ¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;

Niño de 4a: No me digas ¿Qué adivino? Esa es la razón de que la bruja tomara tanto vino. Está celebrando que la princesa en este castillo sus cabellos mesa. Está celebrando que la niña esté llorando

Niño de 24m: ¡La hemos de rescatar!

Niño de 4a: ¡La vamos a salvar! Más... cese ya nuestra alegría, que si de aquí no salimos no hay tutía, y yo no puedo salir, ¿para que os iba a mentir?

Niño de 18m: ¿Por qué no podemos escapar por la puerta? Está de par en par, está más que abierta. ¿Y tu años ya tienes cuatro? Parece que no los tienes, lo parece un rato.

Niño de 4ª: ¿Pero las puertas no son de madera? Entonces la puerta está bajo esa pecera. Tiene cuatro patas roidas por las ratas y está pegada al suelo con unas pocas de latas.

Narrador: El niño de cuatro años tiene pensamiento trasductivo, esto significa que compara una situación con otra sin pararse a analizarlas. Pongamos un ejemplo sencillo: Si a un niño con este pensamiento, que se da en la etapa preoperativa, le dices que su vecino trabaja en un hotel y más tarde le ve trabajando en el jardín de su casa, el niño pensará que el jardín de su casa es un hotel. Del mismo modo, alguien le dijo que las puertas eran de madera y él, al ver una mesa de madera, la confundió con una puerta.

Niño de 7a (En off): Años tengo cinco más dos, trato a los mayores de usted y a los argentinos de vos. Manejo las operaciones concretas y hago bien las maletas. Niño de cuatro años, ¿Por qué antes no habías hablado?

Niño de 4a: Porque si me oía alguien por loco me habría tomado. ¿No te das cuenta de que no tenía con quien? Hablar con mis chicles de menta no me habría parecido bien.

Niño de 7a: ¿Entonces llevas ahí desde siempre y nunca habías hablado? Liberame, que estoy encadenado.

/*Los niños avanzan, el niño de 7 años encadenado a la pared pone más cerca*/

Niño de 18m: ¿Cómo quieres que en libertad te pongamos si ni siquiera te alcanzamos?

Niño de 7a: No es difícil, seguid mis indicaciones, acercaros a esa tabla llena de “rayones” . Vereis unos cuantos filamentos, unos que se mueven rápidos, otros que se mueven lentos. Tienen bolitas, redondas, pequeñitas, unas separadas y otras más juntitas. Teneis que tirar del filamento de color verde en el que haya más bolitas.
/*El niño de 18m tira de una cuerda*/

Niño de 7a: Pero esa no, melón, has cometido una equivocación, he dicho verde, no roja, ya verá esa bruja cuando la coja

Niño de 18m: No estoy en las operaciones concretas, no puedo fijarme más que en una característica, ya verá esa bruja, que se cree muy mística.

/*El niño de 24m lo intenta*/

Niño de 7a: Tu también te has equivocado, has de tirar de otra cuerda, no de la que has tirado.

Niño de 24m: Es que yo aun estoy en periodo psicomotriz, si fuera más mayor, sería más feliz, porque podría saber que no porque una fila de objetos llegue a más distancia, aunque llegue hasta Francia, tiene más objetos incrustados, que puede ser que estén muy separados.

Narrador: Lo que quieren decir es que, al no estar en las operaciones concretas, no pueden recordar todas las propiedades al mismo tiempo, lo que les ha hecho pensar que, por llegar a mayor distancia, las bolitas eran más numerosas.

Niño de 7a: De esa cuerda has de tirar, presto, corre a probar.

/*El niño de 4a tira de la cuerda indicada por el de 7a y le libera*/

Niño de 7a: Muchas gracias campeón, ya os iba a soltar un sermón. Ahora abramos y pasemos y a la princesa liberemos.

Cantan todos: ¡Viva la resistance!

/*Aparece la bruja*/

Bruja: No liberareis a la princesa que a mi tanto me embelesa. Con los años que tengo, doce, pronto me dará derecho a roce.

Niño de 7a: Así que por ti, niño tonto y caprichoso, fue por quien metieron a la princesa, encerrada en este foso.

Bruja: No podreis pasar de aquí, esta prueba es muy dura, no la resolvereis sin caer en la locura.

Niño de 7a: ¿En que consiste bribón? Confiesalo malandrín, que pronto descubrirás que a la princesa no la haces tilín.

Bruja: Habeis de atravesar esta puerta, teneis sólo una oportunidad, ahora os dareis cuenta de hasta donde llega mi maldad. Esta puerta es especial, no deja pasar ninguna llave, estais todos perdidos, la princesa ya lo sabe. A vuestra espalda, de colores azul y gualda, hay dos llaves, de madera y metal, y a este lado una puerta que parece de cristal. Para abrir la cerradura necesitareis una de ellas, para ver a la princesa, bella entre las bellas. Más sólo una podeis coger, se hará a la otra desaparecer. Al lado de la puerta, por una ventana abierta, hay fuego hasta las alturas y como no podeis hacer conjeturas, no sabreis que pasará si será una o la otra la que más se quemará

Narrador: Muy tristes se quedaron los niños: Como ninguno de ellos estaba en las operaciones formales, no podía hacer hipótesis, así no podían saber si sería la llave de metal o la llave de madera la que resistiría el fuego.

Niño de 7a: Gran idea dejarme atrapar, era la única forma de en tu castillo penetrar

/*Niño de 7a se convierte en Juanobi*/

Todos: ¡Mago Juanobi!

Juanobi: Estoy en las operaciones formales, soy más mayor que estos chavales. Y así me quedaré hasta mi muerte, pues, por desgracia o por suerte, no ha habido otras etapas enumeradas, ni para humanos, ni para hadas. Así que cojo la llave buena, a ver si se acaba esta historia, ya tan larga que no es amena, y a ti, bruja mala, más que pésima, ya no te perdono por vez enésima, te mando con un truco, desde aquí a Pernambuco.

/*La bruja sale disparada mientras grita. Los niños salvan a la princesa*/

Narrador: Una vez la princesa salvada, no tiene sentido continuar esta chorrada. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Quiero irme a casa.

Vaya. No encuentro el interruptor. Por más que giro siempre doy a la pared.
Esto es una pesadilla. La pared se mueve y está en todas partes. Pero no despierto por más que abra los ojos. Vaya.

Ahora, me voy a quedar quieto, voy a quitarme el pijama, si lo consigo, que me está costando mucho y a buscar la luz como si estuviera en calma, aunque estoy histérico.

Por la derecha y la izquierda estoy pegado a la pared. Vale. No estoy en mi cama. Claro. Ni siquiera estoy en mi ciudad. Estoy en Tokio, de viaje por mi cumpleaños con mi novia y unos amigos. ¿La habitación del hotel? Por la parte de delante -¿Arriba?- hay otra pared. Estoy apoyado en un lugar algo mullido, pero no mucho. Las paredes son mullidas, pero no mucho. Sigo la forma de las paredes. Por arriba es muy estrecho. Se va agrandando, curvado. Luego las paredes se dirijen la una a la otra, sigo con los pies, pues la pared de delante no me deja flexionarme. No hay duda. Estoy en un ataud. Empujo la tapa. No se mueve. El ataud está cerrado. ¡Maldita sea!. Si estuviera muerto no me intentaría escapar.

Tiene que ser una broma. No recuerdo lo último que hice.

Grito. Nadie contesta. Fuera hay un silencio, nunca mejor dicho, sepulcral. Puedo respirar. Algo es algo. Quizá estén gastándome una broma, o hayan pensado que estoy muerto porque no hayan podido despertarme y esté en el tanatorio. Vendrá alguien, al menos para cuando vayan a enterrarme. Enterrarme. ¿Y si ya estoy enterrado? Coño. Este ha sido el escalofrío más grande que he tenido nunca.

Pedí, bromeando una vez con los amigos -No pensaba... no pienso morirme ahora. No soy joven, ya tengo 25... pero tampoco tengo edad de morirme joder coño-, que si me moría, me enterraran con un portatil conectado a internet para escribir el blog con más audiencia del mundo. No lo han hecho. Puta mierda. Puta mierda. Vuelvo a gritar. Vuelvo a gritar. Nada.

...

Hay un objeto. Lo palpo. ¿Es una Gameboy? Es un móvil. ¡Parece mi móvil!. Lo enciendo. ¡Es mi móvil! Gracias. Gracias Dios gracias gracias. ¡Hay cobertura!. Gracias, gracias gracias gracias gracias gracias.

Tiene una notita en la parte de atrás, donde la batería. La saco, la leo. Es de Lucía. Dice que como nunca me separaba del móvil me entierra con él. Se lo agradeceré con creces. Llamo al 112. Voces en japonés. Llamo a mi madre. No tengo saldo. Llamo a un número al azar, para comunicarme en inglés. Nada. Llamo. Tengo que conseguir hablar con alguien, no puede ser tan difícil. Llamo, llamo... nada nada nada. Otro número. Nada. A mi novia... no tengo saldo. ¡Descuelgan! Gracias Dios gracias gracias por darme esta sangre fría. Es una máquina. Cuelgo. Pruebo otro. Ya no tengo saldo... o eso debe decir la voz en japonés. No tengo saldo. Sólo oigo una voz en japonés. La oigo, una y otra vez, llame donde llame. La batería se acaba junto con el aire... y llamo a más números, sin esperanza, para oir una voz que me hace compañía. La misma voz, las mismas palabras. Seguro que es una chica joven. ¿Cómo será su aspecto? ¿Durará encendido el móvil más que yo? ¿Dónde estará Lucía? ¿Porqué estoy aquí enterrado? mierda, mierda, quiero irme a casa, por favor Dios, por favor, por favor.... pierdo la consciencia. Mi móvil se apaga.

Corre, salta, duerme

Corre, corre corre

Corre de mi mano

Corre corre corre

No me sueltes

Corre corre corre

Sigue a mi ritmo

Corre corre corre

Esquiva ese arbol.

Corre corre corre

Sonríeme.

Corre corre corre

Dime que me quieres

Corre corre corre

No dejes de correr

Corre corre corre

El bosque es nuestro

Corre corre corre

Ahora nadie nos ve

Corre corre corre

Sonríe

Corre corre corre

Grita

Corre corre corre

Se feliz

Corre corre corre

Nos aceramos

Corre corre corre

Mirame

Corre corre corre

Dime que me quieres

Corre corre corre

Dime que me quieres

Corre corre corre

Dime que me quieres

Corre corre corre

Dime que me quieres

Corre corre corre

Dimelo una última vez

Corre corre corre

Ya casi estamos

Corre corre corre

Acariciame con tu mirada

Corre corre corre

Estamos en medio del bosque

Corre corre corre

Vamos a llegar

Corre corre corre

Dime que me quieres

Corre corre corre

¡Ya está aquí!

Corre corre corre

Ya estamos en él

Salta salta salta

Y ya está.

Cae cae cae

Ahora sólo dejate caer

Duerme duerme duerme

Deja de luchar

Duerme, duerme duerme

En unos segundos todo habrá acabado

Duerme duerme duerme

No llores

Duerme duerme duerme

El dinero es malo

Un día tuve mucho miedo. Llamé a mi madre y ella me dijo que, si cerraba los ojos, todas las cosas malas desaparecerían.

He seguido todo este tiempo su consejo a rajatabla.

Años después, descubrí un señor metiendo su mano en mi bolsillo, tan disimuladamente que no me habría dado cuenta si no tuviera la manía de golpear mis punteras con el suelo periódicamente para "subirme" el zapato.

Decidí que, mejor que darme la vuelta y montar un escándalo, sería cerrar los ojos. Así lo hice.

Al rato el señor ya no estaba ahí.

El dinero tampoco.

El cuento de la ciudad del viento

Este es el cuento del viento, que habla de la ciudad donde tanto soplaba y corría Eolo, que el día que, de repente, parose, todo el mundo cayose.

La taxista con cara de lista

Había una taxista con cara de lista, que jamás tomó partido por ningún partido.

"El partido de la izquierda esto, el partido de la derecha aquello, el partido del medio bla, bla bla bla, bla ble bli, ble bli blo, bli blo blu"

Un día, un cliente, partido de risa, le metió prisa: "Y si tanto sabe como hacerlo, ¿Porqué no nos permite verlo?" ¿No se cansa de arreglar el mundo desde aquí?.

Cuando paró con mucho tino en el destino y el cliente atrevido hubo partido, la altiva taxista, como pensativa artista, realizó unas llamadas en las que no dijo bobadas.

Al día siguiente el mundo estaba arreglado.

Esta historia es verdadera, pero aun no ha sucedido.

Rosabella y Domingo

Rosabella y Domingo caminaban habitualmente solos por los alrededores de Macondo. Tan temprana era su edad que aun les daba miedo expresar los sentimientos amorosos que cada uno sentía por el otro.

En esto que Domingo atrapa una fabricante de nubes y se la da a Rosabella.

-¡Pide un deseo, Rosabella!

Rosabella lo piensa apenas un instante y sopla a la fabricante, viendo como marcha sobre los árboles.

-¿Qué? has pedido?

-Salir contigo

Domingo, contrariado por su malsana curiosidad se disgustó terriblemente
-Oh, demonios... que mala suerte Rosabella, no me lo tenías que haber dicho, porque ahora ya no se te cumple.

Clases de suicidio

Muy bien niños, escuchadme bien. Me llamo Blasito y soy vuestro profesor de maldades.

Lo primero que vamos a aprender hoy son las distintas maneras de suicidarnos.

Suicidarnos es causar voluntariamente nuestra propia muerte.

La muerte es causada sólo y exclusivamente por la falta de riego sanguineo. Todos los demás tipos de muerte la causan... bueno, o por la destrucción del cerebro. Pero considerad que alguien puede vivir perfectamente sin corazón o pulmones mientras le llegue sangre al cerebro.
No nos extendamos en la muerte, que es algo que más o menos todos conocemos (¿Quién no ha matado alguna vez a alguien?) y centrémonos en el tema, una vez definido lo mínimo

Los suicidios pueden ser de tres tipos si atendemos a la gente que muere:

1.Solitarios
2.Colectivos
3.Llevándote gente por delante

De dos tipos atendiendo al dolor:

1.Dolorosas
2.Indoloras

De dos tipos atendiendo al grado de notoriedad:

1.Le importa(s) a alguien
2.No le importa(s) a nadie

De tres tipos dependiendo de tu intención o habilidad:

1.Parece un accidente 161
2.Parece un suicidio
3.Parece un asesinato

Tenemos tantas maneras de suicidarnos como de matar: unas más limpias, otras más sucias, unas más elegantes, otras menos

Pero hoy vamos a estudiar la más clásica de todas: Cortarse las venas.

Como no queremos ensuciar, lo haremos en la bañera de nuestras casas o en algún descampado... pero es aconsejable la primera, para evitar infecciones u otro tipo de complicaciones que pudieran causar molestias si es que el suicidio no sale bien.

Para ayudarnos a mitigar el dolor (no tan fuerte) del corte, podemos llenarla de agua caliente (o abrir el grifo de la ducha del agua caliente si es que no tenemos bañera). Eso además hará que se dilaten nuestras venas,ayudándonos a precisar el corte y a morir antes.

Ahora llega lo más importante: ¿Cómo y dónde hemos de cortar?

Podemos cortar en cualquier lugar donde corra una vena principal. En la axila sería lo ideal... o la aorta si nos ponemos brutos... pero no se trata de abrir una carnicería, sino de matarnos ensuciando poco.

El mejor lugar es el brazo, pero no como en las películas, "cruzando la calle", esto es, en la muñeca, sino "calle abajo", abriendo todo el brazo, de la misma manera que Arnold en Terminator 2.

La clase ha terminado. Podeis ir a vuestra casa. Una vez hayais hecho todo eso todo vendrá solo, no teneis que hacer nada más. Como instalar un programa dando Siguiente Siguiente Siguiente

Gélido contestador

El frigorífico respondió: Hola, soy el frigorífico. El contestador está de huelga porque no le ponen cintas TDK, además de eso el micro está liado con el horno, que dice que le pone caliente y ya no es como antes.
El florescente se cree un iluminado y el reloj nunca tiene tiempo.
Así que puede dejar su mensaje tras oir el pi o, si es Vd piadoso, sacarme de esta casa de locos.
3.14156

Sin título

El cielo sobre el puerto tenía el color de una pantalla de televisor sintonizado en un canal muerto.

Llovía.

Mis ojos mejorados, sustituidos por nanotecnología, envían a mi cerebro unas señales que mi cerebro, yo, he de interpretar.

Mi nariz, por supuesto también mejorada, me dice que este energúmeno que me apunta con su pistola es un yonki. Huele a heroina.

"Veo" una diminuta mancha de sangre en su ropa. Tan pequeña que un ojo humano nunca llegaría a observarla. Se pincha.

Sin que yo de la orden para ello, mi cerebro, o más bien, sus nanopartes, ordenan a mis brazos y piernas que ataquen de la mejor manera posible.

Antes de que yo pueda reaccionar el pobre yonki está desarmado e inconsciente. De algo me sirvió trabajar para la seguridad del gobierno. Soy inmortal.

Prosigo mi camino.

Captura de una burbuja

Es costumbre en todos los miembros de mi familia que Eugenio llamanse usar un gran vaso de agua capaz de contener hasta dos litros del susodicho líquido o de cualquier otro, con el fin de no tener los dos molestos bultos sobre la mesa que serían el vaso y la jarra.

Cuando el vaso está vacío, no nos queda más remedio que levantarnos a rellenarlo, cosa que hacemos con gusto y esmero, pero también con cierta prisa (Quizá sea esta la que da el esmero y la que no impide el gusto).

Cierto día en el que la impaciencia me corroía más que de costumbre, procediendo al llenado del vaso en cuestión, maté el tiempo fijándome en la vasta cantidad de burbujas que la ya nombrada prisa causa; observé que una era ciertamente bonita y pensé que tenía que ser para mi.

Sin más dilación, volteé el vaso pues, como todo el mundo sabe, una vez que la burbuja se ha reunido con el aire circundante es tarea extremadamente difícil, tan solo apta para los más pacientes recuperarla y volver a empaquetarla en su acuática envoltura.

La burbuja escapó por el desague a velocidades cuasi supersónicas y no tardé en lanzarme en pos de ella.

Yo, rápido para muchas cosas, pero no para la que todas estais pensando, enseguida alcancé a la burbuja que buscaba, y dime cuenta de que no tenía con que atraparla, por lo que dime la vuelta, retorné a mi cocina y agarré el primer cachivache que a mi mano llegó, que, oh casualidad, resultó ser una brújula.

¿Cómo iba a encontrar ahora mi burbuja entre tanto agua?. Dime prisa otra vez más y, apenas llegué al Pisuerga, me subí a una roca y oteé el rio. Pregunté a uno y otro pez, investigué en todas las escuelas submarinas, interrogué a toda alga que se precie y ninguna había visto mi burbuja.

Mientras cabizbajo y decaido me acercaba a la orilla para, rendido, volver a casa, la casualidad quiso que la viera, observándome, asustada, quieta, tapándose los ojos para que no la reconociera. Yo disimulé cuanto me fué posible, pero en cuanto no pude ocultar que la había visto la gorgorita giró sobre sus tacones y comenzó un sprint que obtuvo como respuesta que yo comenzase otro, no casualmente en la misma dirección y sentido.

Tras el Pisuerga llegó el Duero, fue una persecución sin cuartel, no hubo tiempo para aparcar al lado de unas truchas ni para observar las desembocaduras de los afluentes. Al llegar al oceano, exhaustos y desarmados, la burbuja paró y me preguntó: "¿Por qué me persigues?".

Yo contesté: "¿Por qué huyes?"

Y le expliqué el motivo de mi persecución: Quería mantenerla encerrada en mi brújula para que así nunca se perdiera en la atmósfera.

La buscadora de Otoños conserva (o debería conservar) esa burbuja, del tipo de las gorgoritas en alguna parte de su habitación.

Sin título

¡Oh desastre! Ayer por la noche nos dejamos el teléfono descolgado.

No sé como no me di cuenta... debí dejarlo ahí para llamar a alguien y después me levantaría y me olvidaría...

Cuando me he levantado esta mañana he visto el desastre, he ido al salón y aún seguía saliendo el tono.

Está todo inundado, lleno de un molesto pi telefónico: Los muebles, los libros de las estanterías bajas, el ordenador...

Y en tres días vienen mis padres, vaya paliza me espera para limpiar todo esto.

Brevísimo.

-Sonríe.
-Ok

Historia de una caida

Volví dando un saludable paseo desde la discoteca mirando las estrellas, poniendo especial atención en Venus, filosofando sobre las consecuencias de una hipotética bajada de los tipos de interés en un más hipotético aun planeta de macarrones forofos de la música punk. Mi caminar era pausado y llevadero de una teatral pose bohemia:

Manos enbolsilladas, cabeza girada, ojos entornados y pies enzapatados.

En un instante, mi boca expresó un "vaya" y mi cabeza tomó el lugar de mis pies y mis piés se quedaron donde estaban. Precisamente este fué el problema: Mis pies no avanzaron y mi cuerpo, indiferente a la posición de aquellos, siguió avanzando como si tal cosa. Esto unido a la manía que tienen mis tobillos de no soltarse de mis pies y dado que mis manos siguieron, despreocupadas, en el bolsillo que las calentaba, provocó que mi cabeza se posara suavemente contra el suelo, haciendo florecer un chichón en mi frente, sangre en mis labios y dejando un pequeño crater en el firme, amén de fracturas frontales de craneo y desvanecimiento.

Levàntome diciendo: "(palabras que diga el Papa tras besar el suelo)" y estudié la situación. Mis pies habían quedado pegados a su posición en contra de su voluntad, debido a la dejadez de los empleados del Mercadona que habían colocado una verja sobre el suelo como quien tiene un tío en Alcalá.

Tras mi deducción, seguí caminando más preocupado del suelo que del cielo y dando vueltas a que Vaya y Verja sean palabras sinónimas.

Duendes y yogures.

Digo yo de meter un duende en uno de cada 10 yogures o helados del mundo.

Si tienes suerte, comes helado y/o yogur tranquilo. Si no la tienes, te salta el duende al cuello y te mastica tan a gusto.

Esto tiene infinidad de aplicaciones.

Por un lado, se acaba con la superpoblación, por otro lado, se acaba con la relajación, calma y paz que se experimenta al abrir un alimento de este tipo y que a tantos disgustos nos ha llevado.

La aplicación más importante requiere un poco de explicación:

Es obvio que los duendes de los yogures y helados de fresa serían de color rojo, de limón, amarillo, de cielo, azules, de lima limón, verdes, de amapolas, rojos, etc.

Una vez engullido al desafortunado poseedor de un yogur o helado con duende, como todos habreis imaginado, el duende iría al polo norte, que es su lugar natural de residencia.

Una vez allí, llamaría a un Igloo. En el Igloo abrirían y, si ven que es de otro color, le matarían. Si ven que es del mismo color mirarían a ver la marca del producto del que salió y, si es distinta, también le matan (así, con esta variante aleatoria de duendes que mueren evitamos superpoblación de este tipo de simpático ser de dientes afilados).

Después se montan campeonatos de cosas apasionantes como Football, Basket, mus, petanca o lucha a muerte entre equipos de estos duendes:Rojos contra amarillos, Danone contra Miko, Yogures contra helados, de Danone de fresa azucarados contra Danone de Limón etc.

Se retransmite y a que llueva la audiencia y el dinero.

Por alguna razón esto acabaría con la violencia en el deporte, pero no la recuerdo.

José el sencillo

La historia de las vacaciones de José. Un libro decorado con ilustraciones del autor, como el principito y los mejores libros detesto las matemáticas, perdón, de texto de matemáticas.

José es un hombre sencillo.

José, como todos los hombres sencillos, no se complica. Tiene, empezando por arriba, dos ojos una nariz, un bigote y una boca. Esa es la descripción de su cara.

Ilustración del autor:

:-[) Este es José.

José, por no tener no tiene ni pelo en la cabeza, no tiene más que el permitido para poder llamársele calvo, y además es gris, como el bigote.

Su mujer se llama María José, y es una señora con moño y vestido de flores y el niño se llama Jesús, es un chico pequeñito y sonriente y todos le llaman Jesús, porque sería raro que llamándose Jesús todos le llamasen Alberto.

Ilustraciones del autor:

oO:-) Esta es María José.

:-_) Este es Jesús, con un moco en la nariz.

:-) Este es Jesús sin el moco.

:-( Este es Jesús pero triste.


José, como todos los hombres sencillos, trabaja en un bar. El bar se llama Bar José, porque José, como todos los Josés sencillos, no es un hombre original, pero, eso sí, es muy sencillo.

El bar, como todos los bares de persona sencilla tiene una tele puesta permanentemente en la primera, porque José, al ser sencillo, no quiere poner el "cuarentalatino", tiene sillas y mesas de madera, una barra con vitrinas grasientas mostrando tapas y demás por las que de vez en cuando José pasa la misma bayeta que cuando abrío el bar y no limpia nada, lo hace sólo para aparentar. También hay un perro marrón encogido que pertenece a una familia que siempre está ahí comiendo. La familia está compuesta por una abuela, una madre, un padre, un niño guarro y una niña gritona. En la mesa siempre tienen el menú del dia y una jarra de casera con mauncincoestrellas.
En las paredes hay cuadros de toreros, la plantilla del Real Madrid de 1985 y una dedicatoria del Fary a José, en la que pone "Muchos besos cariñosos y babosillos de El Fary".
Además hay una puerta que conduce a un almacén que no ha visto nunca nadie.

Un día José decide irse de vacaciones. Así que busca en el mapa que tenía por ahí guardado, que su hijo, un chico moderno con pleiesteision, llama Mapamundi, decide un lugar y, ni corto ni perezoso se pone en marcha. Apaga la tele por primera vez en años, pone el cartel de cerrado y se dispone a recoger todo.

José abre el almacén, a ver si ve como es. Está ocupado por Gnomos de jardín y gárgolas liberados*, murciélagos, ratas y un señor con gafas, que se presenta como Señor Gafudo

Ilustraciones del autor:

8-) Este es el señor Gafudo. Le molesta que le llamen cuatro ojos, cegato de mierda, gilipoyas, para trabajar y otras muchas cosas, por ejemplo que le pisen, pero le encanta el queso de tetilla y los pechos en general.

José les desaloja con una orden de desahucio y un palo de escoba y hace sitio para guardar las sillas y las mesas.

Una vez todo guardado, toca guardar a la familia. Al padre y a la madre les guarda en el estante de arriba, a los niños en el del medio, por si se caen y a la abuela, que ya no está para trotes ni galopes, la deja abajo, con su plato de callos y dos vestidos negros con topitos blancos (como todos los vestidos de abuela) por si se mancha o le apetece coser.

Al perro le guarda en la caja registradora y esconde esta debajo del felpudo.
Se deja una nota diciendo donde ha escondido la caja registradora no sea que a la vuelta no la encuentre y cierra la puerta, dejando las llaves dentro porque así no se le pierden

José se dirige entonces al aeropuerto, se acerca a la puerta de embarque y da 5€ al señor que le pide el billete.

La familia de José, que está en la maleta para no tener que pagar, mientras, duerme placidamente.

Cuando José se va haciendo pequeñito, al ir alejarse el avión siente un cosquilleo y ganas de hacer pis, pero se las aguanta.

Al llegar al aeropuerto de destino, en Santo Tomé de Zabarcos le meten una bomba de aire por las orejas y le vuelven a inflar, aliviándole las ganas de hacer pis y haciéndole recuperar su forma normal.

Al salir del aeropuerto saca a la familia de la maleta y prosiguen su camino hacia el hostal.

Aquí un hombre con aspecto gordinflón, sudoroso por el calor y que deglute un "Gordin Flash", les da las llaves para una habitación con un crucifijo y una postalita de San Chopanza.

(No sé si continuará)

*Cuando lee esto, el autor llora un poquito, pero se le pasa al minutito.

Gracias por su visita

Ella me esperaba en el lugar de siempre. La di un beso y la cogí de la mano.

¡Que mano más suave! pensé. No la había apreciado hasta ese momento.

-Quiero hablar contigo, la dije. Vamos a tomarnos un café.

-Vale. ¿Dónde?.

-No sé, al cafetín mismo.

Nos pusimos en marcha. Pasamos por delante de ese Zahara donde nunca entramos juntos y del Sifón, donde entré en cuanto la dejé. El crisol donde la vi pasar en autobús cuando se me cayó la tostada me miró con ojos de pena. Aquella tienda donde me paraba con mi amigo Rael a ver los juguetes y, unos años más tarde, la tienda contigua donde me paraba a ver los discos, acompañaron en la mirada al Crisol.

Giramos a la izquierda antes de llegar al Calderón, dejamos atrás la iglesia de la Antigua, atravesamos Portugalete. Yo pagué los dos cafés, ambos con leche. Ella se sentó de espaldas a la puerta y yo enfrente de ella. Hasta que llegamos la conversación fué insulsa: "Creo que este mes no voy a ir al gimnasio", "El examen de esta mañana no me ha salido del todo bien" etc.

Fuí a abrir la boca, a decir aquellas palabras que tan aprendidas tenía:

"¿Qué hacemos? O esto cambia, o mejor lo dejamos aquí".

Pero ella me pidió preferencia.

-Dejame hablar a mi primero y no me interrumpas, ¿Vale?.

-Vale.

-Mira Uge, lo nuestro no funciona y, a mi, me gusta otro chico,

-¿Pablo?-La interrumpí.

-Sí- Respondió ella mirándome con unos ojos ilusionados que a mi nunca dedicó.

Así que las risas que te echaste cuando leí una pintada en la que ponía "Pablo es imbécil", diciendo que estaba celoso de Pablo no fueron risas benignas y juguetonas..
Así que cuando yo bromeé contigo diciendo que estabas celosa de Vannia y me echaste la bronca por pensar una cosa así, aun sabiendo que no lo pensaba no fué más que una broma cruel.

-Pues bueno... entonces se acabó. ¿Te ha gustado salir conmigo?.

-Sí.

-Entonces, ¿No te arrepientes?.

-No.

Me cambié de asiento, me senté a su lado y la besé y toqué por última vez. Me había afeitado y vestía una camiseta negra. Ella llevaba su camisa roja y una falda. Estaba preciosa.

Salimos, la dije que quizá estuviera un tiempo sin verla en el MSN, porque me hacía daño. Aceptó.

La di un último pico y fuí a casa solo. Ella fue a verle.

"Gracias por su visita", rezaba la servilleta que tenía en el bolsillo.

La doblé de tal manera que lo que quedó escrito fué "Gracias Puta".

Así mejor, pensé, y la arrojé a una papelera.

In gold we trust

-In Gold We trust-Dijo Anne Navarre a un Jedi del lado Obscuro

-In Gold We trust- Confirmó el discípulo del reverso tenebroso.

Y tras esta breve ceremonia, empezaron a cazar mariposas fans de Elvis Presley.

En ese momento, un ejército de muñecos de trapo armados con revistas Telva, se les acercaron para obligarles a firmar un tratado de paz con las mariposas.

Esto hizo que los osos poderosos se sintieran traicionados y, bufandas amarillas en alto, conquistaron el mundo.

Una vez en el poder, Osopoderosohijo1 atacó a Osopoderosohijo2 con sus garras por robarle un plato de lentejas frías con cebollas fritas

La habitación olía a metálico... se había derramado sangre esa noche.

Como atacar con las garras está mal visto en los osos (recordemos su pasado común con los Wookies), todos llamaron a Osopoderosohijo1 maleducado, enterraron a Osopoderosohijo2 y después, todos los años, celebraban su muerte entre risas, pues todos le odiaban.

Juan y picamé

Juan y Picamé hacía tiempo que habían roto, pero, como cada domingo, volvían al cine.

Ahora no se sentaban en la primera fila, de los ciegos, sino en otra, también nombrada con un problema físico, que parece que los sanos no van al cine, que es la fila de los mancos.

Al llegar Juan, que siempre llega antes, pide a la taquillera entradas con la misma fórmula: "¿Le quedan entradas para la fila de atrás?"

Al llegar Picamé, de tanto oida que tenía la fórmula, de alguna que otra vez que habían sucumbido a la tentación de sentarse en esa fila, repite la misma fórmula con las mismas palabras y entonación: "¿Le quedan entradas para la fila de atrás?"

Una vez allí, cada uno se sienta en un extremo y se quedan mirándose, ajenos a la película, inmerso cada uno en la mirada del otro, suicidando lágrimas contra la tela del asiento.

Un día, Juan fué al cine con otra mujer. Olvidó a Picamé, que tanto había hecho porque la olvidara.

Picamé, entonces, enfurecida, decidió castigarle muriéndose de pena, sola, en la fila de atrás de una película poco taquillera.

Historia triste para informáticos

Netscape era un niño, como su propio nombre indica, de tonos más bien verdes.
Sus padres querían que de mayor fuera navegador. Por eso le llamaron así... ellos vivían en un pueblo costero y en esa familia, los que no habían sido marineros habian sido cantantes de Ópera, quemadores de zorros, surfeadores o arroz con sangre, también llamado Morzilla.

Pero el niño jodío quería ser explorador, como los capullos de la familia de enfrente, que era la mayor parte de la isla

-¡Nos ha salido rebelde el niño! Decía la madre
-Ha salido a tu madre. Afirmaba el padre.

Así que un día, una noche obscura y tenebrosa, una mujer bella le ató a la cama y le fornicó durante horas... no no, mezclo historias.. esa es la historia del afortunado Pete.


Así que un día, una noche iluminada por el centellear de los truenos y por una bombilla halógena (¿Se escribe así?) de Panasonic, todos sus hermanos se acercaron a Netscape y le controlaltsuprimieron.

Pobre Netscape.

Brevísimo

Federico colocó el interruptor y, una vez en su sitio, se fué a lavar las manos y 5 minutos después contempló su obra y dijo:

"Desde este interruptor, 5 minutos nos contemplan"

Rolando de Gilead pasó por Junction City

Rolando de Gilead, en su búsqueda de la Torre Oscura atravesó Junction City.

Allí había una tienda recién abierta, "Plegarias Correspondidas", con un llamativo toldo color rosa y varias rosas silvestres creciendo en la puerta.

Nadie había entrado todavía, pero Rolando, sopesando el peligro, pidió a sus compañeros que se fuesen a por provisiones, mientras él echaba un vistazo.

La puerta estaba abierta. Un sonoro tintineo acompañó su llegada.

-Buenos días Rolando- Dijo una voz.

Rolando había visto a su izquierda al dueño de esa voz mucho antes de que el dueño de esa voz le hubiera visto a él. Era un hombre alto, de ojos verdes cuando entró, grises en este momento; y no era cosa de la luz. El hombre estaba muy pálido, como asustado.

Rolando no se extrañó de que el hombre supiese como llamarle, ya pocas cosas podían sorprenderle.

Todos los estantes de la tienda estaban vacíos, llenos de polvo... sólo había una caja, rosa, con el dibujo de un tren con cinco ventanas por las que se asomaba un Bilibrambo, un niño, un hombre con un mono, una mujer de raza negra en una silla de ruedas y un pistolero.

Estaba muy claro que representaba.

-Veo que no aparta su mirada de mi caja ¿acaso quiere verla?
El pistolero hizo un gesto con la cabeza, sin separar sus ojos azules de bombardero de la vista del hombre del mostrador.

Leland Gaunt, que así se llamaba el dueño de la tienda, cogió la caja y se la ofreció a Rolando, el cual tuvo una sensación desagradable al rozar sus dedos... como una corriente eléctrica que le llegase hasta el hombro.

Al abrir la caja, Susana Delgado le miraba desde dentro... La caja una foto suya y varias cartas con su letra.

Soltó la caja. Antes de que esta llegase a tocar el mostrador, antes de que el señor Gaunt notase que la había soltado, tenía una mano estirada, haciendo un ángulo de 90º sobre su cuerpo, agarrando uno de sus revolveres de empuñadura de sándalo.
Una décima de segundo después, Gaunt estaba cayendo al suelo, con un orificio del tamaño de un céntimo por un lado de la cabeza, del tamaño de una taza de café por el otro.

La gente de Junction City no lo sabía, pero Rolando acababa de salvar muchas vidas.

Almuerzo en el restaurante Gotham

Un día fui a cenar a este restaurante.

Pedí un flameado de moe y se me cayó, quemando todo el mantel.

No sé que quería decirme el camarero con lo de ¡A pagar, incendiario!.

Más tarde me entró sueño. Se me caían los ojos de sueño y un señor casi los pisa.

Después el camarero se volvió loco y yo pensé que mejor me iba, así que me fui y aproveché para no pagar.

Un pobre señor salva a su mujer del garçon, pero si yo hubiese sido él la habría jodido por serpientezorra, por vacaburra, por perrolobo por osohormiguero y otras extrañas combinaciones de la naturaleza.

Mi casa

Mi casa no empieza por la puerta de entrada como otras, sino que lo hace por mi habitación.

Mi habitación tiene dos camas, una soporta a la otra pero no le importa, es su amiga.

Del techo cuelga un florescente tuerto y la pared, que también cuelga del techo pero toca el suelo con los pies, es adornada por varios retratos mios y dos posters de películas.

Hay una ventana que da a la a un patio interior. Yo pensaba que todas las ventanas de mi casa daban a patios interiores, pero no es así: Una vez estaba en un patio interior y miré a mi ventana y resultó que daba a mi habitación. Jamás lo habría sospechado.

También hay una minicadena que a veces le da por cantar, sobre todo por la mañana, pero no nos importa porque lo hace muy bien y a veces incluso nos cuenta las noticias sin que le preguntemos.

Mi mesa... mi mesa es un desastre, mejor salgo de la habitación para describir otra.

Las otras habitaciones las tendré que describir de memoria porque desde aquí sólo veo un armario que estaba en mi habitación, pero debía tener frio y se fue al pasillo rompiendo una columna. En el pasillo aun sigue con las caras de dos cíclopes sorprendidos mirando hacia el pasillo

La habitación de mis padres tiene dos camas que se querían tanto que se unieron y un espejo por el que siempre que miro se asoma un chico bastante feo. Pero es algo común en esta casa, pasa en todos los espejos.

Algunas puertas perdieron una parte de su cuerpo en una batalla que no me quieren contar y se pusieron un cristal para que no pasase el aire. Debe ser muy desagradable que el aire te atraviese un agujero en el cuerpo. Como también debe ser desagradable que miren a través de ti, el cristal es borroso.

Hay dos servicios, uno está cerca de mi habitación y a veces guiña un ojo y lo deja así mucho tiempo, pero últimamente observa todo con mucha atención.
En las paredes y suelo de este servicio hay atrapadas escenas antiguas, escenas modernas y escenas que no han llegado. Algunas de ellas nunca llegarán: Un dinosaurio desgarrando un trozo de carne, un hombre lanzando una bola con un extraño artefacto, una medusa de esas que no son venenosas, una patera que alguna vez contuvo a un pobre hombre y un mecha como Mazinger Z habitan el suelo.
Las paredes son más interesantes: Cuando las pusieron procuraron no juntar el cuerpo de un dragón que se ve clarísimamente para que no cobrase vida y así pudiésemos enseñárselo a todas nuestras amistades.
También nos pusieron un demonio, un señor sujetándose por un brazo de una cornisa y un hombre comiendo aceitunas.

La habitación de mi hermana está llena de objetos mágicos ya sin pilas. Tenía una cama que tornó en litera y volvió a ser cama, pero se cambió de sitio. También tuvo al primer aparato cantor de la casa, de esos que les metes una galleta y te cantan lo que pone, además le creció un frigorífico y una mesa con ordenador.

La entrada guarda un montón de cajitas llenas de secretos pero vacías de cosas materiales y un cachorrito de jirafa tan presumido que se dio un baño de oro y no se pudo volver a mover.
Dos angelitos guardan aquello que da vida a toda la casa y hay un gran espejo que en vez de mostrar la cocina muestra la misma entrada.

La cocina sigue igual desde que nací a excepción del frigorífico, que pensó que estaría mejor en casa de mi abuela y el lavavajillas, que se cansó de limpiar y tuvimos que despedirlo.
Para un cubierto no puede haber nada mejor que el lavavajillas: Después de una jornada laboral completa y de dormir junto a tantos cubiertos ¿Qué mejor que apoyarte en una pared y notar como te duchan con agua calentita?
Los platos y vasos que había en los armarios fueron suicidándose, especialmente cuando yo les agarraba y también fueron reponiéndose.
Detrás del micro-ondas se esconde la batidora. No debe ser agradable batir cosas con los pies, por eso está tan escondidita siempre.
Unos vasos rojos que antes usábamos para beber fueron encogiendo y ahora casi no cabe agua, así que ya no les usamos.

En mi despensa además de comida hay un tunel del tiempo debajo de la tabla de planchar, de tal manera que todo lo que cae allí desaparece por más que lo busques.
He de confesar que no sabemos si el tunel es espacial, temporal o espacio-temporal, porque ninguno tenemos ni idea de a donde van los objetos que se pierden

En mi salón hay una pequeña casa con unos personajitos que cada vez que les observamos se quedan parados parados, un montón de elefantes y criaturas del mar (lo que demuestra que Valladolid estuvo alguna vez cubierto por el mar). También hay una ventana de 28 pulgadas que da a todas partes, pero en general enfoca a lugares poco interesantes y la solemos acallar.
Había unos peces de colores, pero llegó una sirena de sal, se los comió, se bebió el agua y se quedó ahí a vivir. Por lo menos no come ni hay que limpiarla, pero ya que la damos alojamiento podría cantar.

El cuarto de estar tiene otra ventana como la del salón, más pequeñita, y un pedazito de selva que Eddie, un conejito, se comió dejando que la luz entrase a toda la casa. Supongo que también se comería los leones, porque no hay ninguno. La mesa del cuarto de estar es más tímida que la del salón, que un dia le dio por adelgazar y hacerse transparente enseñandolo todo. Aunque para compensar crece cuando quiere.

El estudio... el estudio es un secreto.

Escribeme piropos

Así llamó un ejército de topos a su libro de cocina más importante.
Tan importante era que cuando unos Urracos malandrines disfrazados de Darth Vader y armados con máquinas del tiempo se lo robaron, volvieron a imprimirlo.

El libro fue escrito por el padre de Alfred J Cuack (Nada que ver con Homer J (de Jay) Simpson) una noche de amor etílico, onírico y fantástico.

El topo hizo oposiciones para ser la mascota de MSN, pero no le cogieron, y hambriento y en paro, una chica bella, le ofreció un bocadillo.

Historia del comienzo de una drogaadicción

Había una vez una vaca pequeñita que se llamaba Saturnina y un gorrión gordito que se llamaba Sinforoso

Vivían ambos en la misma región de un campo extremeño de color verde.

Saturnina solía pastar hierba y espantar moscas y Sinforoso comía gusanos (su preferido era el Blaster), volaba por el aire haciendo trompos y picado y se posaba en cualquier lugar que estuviese bajo sus pies.

Un día, Sinforoso, volando despistado, se posó sobre Saturnina, que era una vaca pequeñita.

Saturnina se llevó un susto muy grande y gordo, tan grande y gordo como su mamá, y, no pudiendo soportar la presión que el pájaro ejercía sobre su columna, cayó en un pozo sin retorno: Se enganchó a la heroina.

Ahora, colgado de la cintura de Lara Croft, la acompaña a todas partes allá donde vaya.