Almuerzo en el restaurante Gotham

Un día fui a cenar a este restaurante.

Pedí un flameado de moe y se me cayó, quemando todo el mantel.

No sé que quería decirme el camarero con lo de ¡A pagar, incendiario!.

Más tarde me entró sueño. Se me caían los ojos de sueño y un señor casi los pisa.

Después el camarero se volvió loco y yo pensé que mejor me iba, así que me fui y aproveché para no pagar.

Un pobre señor salva a su mujer del garçon, pero si yo hubiese sido él la habría jodido por serpientezorra, por vacaburra, por perrolobo por osohormiguero y otras extrañas combinaciones de la naturaleza.

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